Crítica: Salem, de WGN America

sábado, febrero 20, 2016 0 Comments A+ a-

¡Hola, daydreamers!

Hoy traigo la primera crítica del blog, que inaugurará la sección de series. Se trata de Salem, una serie que toma lugar en el homónimo pueblo de Massachusetts. Allí, en el siglo XVII, congregaciones de puritanos dominados por la histeria y el pánico comenzaron una incesante caza de brujas, que más tarde culminaría en los conocidos juicios que acabaron con la vida de cientos de inocentes. A día de hoy, aquellos sucesos se consideran pura superchería y superstición. Sin embargo, todas las leyendas guardan algo de verdad. Y en Salem, la brujería es algo muy real.

Descubrí Salem el mismo año en que se estrenó en Estados Unidos, en la primavera de 2014, y ya por aquel entonces quedé prendada por los carteles promocionales y el tráiler oficial. Quién me conoce sabe que no puedo resistirme a catar todo lo que esté relacionado con la brujería, y más aún si esta se da en un contexto histórico. Sin embargo, debido a la cantidad ingente de series que sigo actualmente, no había podido verla hasta hace poco. Un amigo del cual confío plenamente en su criterio me instó a verla, y menos de una semana después ya había acabado la primera temporada.

Los creadores Brannon Braga y Adam Simon son los que nos traen este thriller drámatico de carácter sobrenatural, la primera serie de ficción producida por el canal WGN America. Aunque su presupuesto no es suficiente para permitirse la calidad técnica y escenográfica de una producción de Starz o HBO, Salem nos traslada fácilmente al año 1692, a una pequeña localidad fundada por los europeos en tierras nativo americanas a principios del siglo XVII.

He de decir que los primeros capítulos de Salem son más bien introductorios, un preludio a las tramas que están por llegar, y la antesala de la verdadera historia tras los juicios de Salem. Los primeros minutos de la serie nos muestran una ciudad gobernada por los puritanos y su líder George Sibley que, aferrados a sus creencias e ideologías, condenan y castigan aquellos actos que los contravienen, y que son considerados pecado capital. En medio de ese caos, los jóvenes Mary Walcott y John Alden, profundamente enamorados, se entregan el uno al otro sin reservas con la convicción de que en un futuro cercano, ambos podrán dejar Salem atrás. Sin embargo, sus deseos se ven frustrados cuando John es llamado a luchar en la Guerra de los Nueve Años, y Mary se ve obligada a quedarse en Salem bajo la promesa de que volverá a buscarla al año siguiente. Una vez sola, las cosas se complican cuando Mary descubre que está embarazada y, temerosa de las consecuencias que esto pueda acarrearle en su comunidad puritana, es guiada al bosque por su esclava negra, Tituba, para sacrificar la vida de su hijo nonato al "señor" de esta. Su acción cambiará el rumbo de las cosas, transformándola por completo y uniéndola, irremediablemente, al destino de Salem.

Este será el detonante que dé paso al gran arco argumental de la historia. Siete años más tarde, a pesar de que todo el mundo le había dado por muerto, un John Alden lleno de traumas provocados por la guerra vuelve al lugar que lo vio crecer. Sin embargo, aquel Salem que abandonó no es ni la sombra del Salem al que regresa. La comunidad está envuelta en una inexplicable psicosis contra las brujas y todas aquellas personas que puedan ser sospechosas de serlo, una histeria solo acrecentada por los miembros del consejo puritano: el magistrado John Hale; el reverendo Cotton Mather, digno hijo de su padre, dispuesto a lo que sea con tal de condenar las malas artes del diablo; y Mary, ahora señora Sibley, la mujer más importante de Salem y ahora líder del consejo.
Tanto en sus primeros capítulos como a lo largo de su primera temporada, Salem nos muestra dos caras de una moneda: por un lado, tenemos el trasfondo histórico en que se basa la serie, y por el otro, una historia oculta de brujería y pactos con el Diablo a la antigua usanza. La serie refleja a la perfección el sentimiento de terror que una vez, en la vidad real, se apoderó de las gentes de Massachusetts, así como la estructura de la comunidad puritana de la localidad. Mediante personajes principales, secundarios y otros que harán breves apariciones, podremos ver las diferentes maneras de reaccionar que tiene la gente. Desde la incredulidad de un bondadoso Isaac Walton, la inconformidad de la joven rebelde Anne Hale, pasando por el miedo y curiosidad de Mercy Lewis, hasta el puro sadismo de Increase Mather. Todos ellos grandes personajes que merece la pena descubrir y que no solo representarán los distintos puntos de vista de aquel Salem del siglo XVII, sino que evolucionarán drásticamente y nos darán sorpresas que para algunos, serán difíciles de ver.

Pero es en su acercamiento a la brujería en lo que Salem, a mí parecer, más destaca y que a mí, personalmente, me tiene fascinada. 

No es ningún secreto que las brujas, al igual que otros seres sobrenaturales de igual importancia en el folklore y la cultura popular, han sido representadas innumerables veces en la industria del cine y la televisión, y cada una de ellas de diversas formas. Claro ejemplo son series como Embrujada o Sabrina, la bruja adolescente, que nos ofrecían una perspectiva más light a la par que cómica de la magia. Algo más complejas tenemos Embrujadas, una serie ya de culto que nos enseñó la brujería siguiendo la estela sobrenatural de Buffy the Vampire Slayer (dos series que marcaron parte de mi infancia y adolescencia), y El Círculo Secreto, más al estilo de Vampire Diaries y adaptación de la homónima serie de libros de L.J Smith. Más recientemente, pero no por ello menos importante aportación al género tenemos la tercera temporada de AHS, American Horror Story Coven, una magistral lección que equilibra la brujería más tradicional con una ambientación actual y el interesante arte del vudú.

En Salem, el tipo de brujería que veremos es más parecido al de AHS: Coven. Absténganse de verla aquellas mentes sensibles que no soporten el gore, no miento si digo que creía estar curada de espantos tras Juego de Tronos, y al final he acabado llevándome alguna que otra sorpresa en ciertas escenas. Salem aborda la brujería desde su aspecto más arcano, histórico y tradicional, y por ello no siempre puede resultar del todo agradable. A lo largo de la primera temporada, la serie nos iniciará en un mundo de artes ocultas donde se cubrirá prácticamente todas las facetas que conocemos de la brujería más antigua: linajes de sangre, pactos con el Diablo, aquelarres, sabbaths, rituales, sacrificios humanos, ofrendas, familiaris, grimorios, reliquias, el Samhain y los Ancianos, así como otros elementos originales. Un espectáculo para aquellos a los que les fascine el tema, pues en Salem un día vemos un ritual de iniciación en el bosque alrededor de una hoguera, y al otro una posesión.

Pero ese no es el único elemento "mágico" de la serie, pues al haber sido fundada en territorio nativo americano, los bosques que rodean Salem son hogar de tribus indias con sus propios sistemas de creencias y rituales. En este caso, la serie nos mostrará los aspectos más fundamentales del chamanismo a través de personajes recurrentes como el Chamán y Sooleawa, una rama de la "magia antigua" que lucha contra la brujería, pero también contra el puritanismo más radical. Aunque permanece presente en la primera temporada, la visión india y tribal de la magia, así como su estilo de vida y costumbres se harán más patentes en la segunda temporada de la serie.

Otro de los puntos fuertes de Salem son sus personajes, pues nos encontramos ante personajes complejos y llenos de secretos que van evolucionando a lo largo de la serie. Aquí nos encontramos el máximo exponente del "no todo es blanco o negro". Todos en Salem tienen algo que esconder, un lado oscuro y un pasado en el que llevaron a cabo acciones o toma de decisiones que no eran poco ortodoxas. Eso es lo mejor, que cada personaje tiene sus propios demonios personales, y todos se enfrentan a numerosas batallas internas que no siempre ganarán. Las relaciones que los unen unos a otros no hacen sino acrecentar el conflicto que ya de por sí tiene la serie, y os enganchará sobre todo la complicada relación entre Mary Sibley y John Alden, o la tensión entre el reverendo Mather y su padre.

Si bien me gustan la gran mayoría de personajes, creo que cabe destacar, sobre todo, los de Mary Sibley, Mercy Lewis y Cotton Mather. No solo están interpretados por unos actores que se dejan la piel en la escena sino que, además, sus personajes son regalo para el espectador en cuanto a emociones encontradas y giros inesperados.

La trama de Salem es otra que llega con fuerza, incluso si su comienzo es más bien introductorio. La serie empieza con un ritmo  algo más sosegado que va caldeándose poco a poco hasta llegar a su clímax, que una vez alcances ya no te soltará. Los primeros capítulos nos muestran la situación inicial en Salem, cuando los puritanos empiezan a acusar a sus vecinos sin ton ni son. Pero pronto veremos que incluso ellos están siendo manipulados. Son las brujas quienes mueven los hilos, poniendo a la comunidad en jaque y enfrentando a los puritanos entre ellos en un pánico que no deja lugar a razones, pues si eres sospechoso eres culpable hasta que se demuestre lo contrario. O mueras y Dios te acoja en su seno, lo cual no es muy apetecible. Y en medio de todo el caos creado, mientras todos se miran unos a otros con los ojos entrecerrados, el mal se extiende sobre ellos y las brujas planean llevar a cabo el Gran Rito.

Y si lo completan, entonces el infierno se hará sobre la tierra y ya no habrá temor, pues no quedará nadie para hacerlo.




PD: no es que tenga que ver mucho con cómo es la serie, pero el opening es brutal, con la canción "Cupid carries a gun", de Marilyn Manson, que además aparecerá en la tercera temporada.

VALORACIÓN FINAL

Calidad técnica:  3/5
Ambientación: ☆☆ 4/5
Trama: ☆☆ 4/5
Personajes: ☆☆ 4/5
Actuación: ☆☆☆ 5/5